miércoles, 27 de marzo de 2013

CUANDO EL CORRER SE TORNA ESPIRITUAL

“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Entonces corred de tal manera que obtengáis lo que cada uno se merece”
                                                                                                                                                                                                                                             Corintios 9:24


Hace algún tiempo leía en el blog de Miguel, y es que perdón, como dijera Gonzalo, la onda no es fusilarme las ideas de mis hermanos bloogueros, pero es que en esto del running, estamos tan conectados a nivel mundial y quien sabe; quizás hasta cósmicamente, que luego a uno se le ocurre escribir algo, y de repente ves algo similar a lo que tú piensas, claro, no te quieres quedar con las ganas de tratar el punto con un enfoque muy personal, y bueno, un día martes, de esos de los que estoy haciendo “escaleras”, al terminar el entreno, una sensación de alegría y agradecimiento se apodero de mi ser, dirán que qué cursi o que mam#$%, pero hasta los ojos se me llenaron de agua salada, esa que llaman lagrimas, en ese momento me nació darle gracias al cielo, a los arboles del periférico, a la propia escalera, a Dios si es que existe, por el hecho de haberme dejado entrenar, de terminar mi entreno, y aunque las patitas me temblaban por lo duro del trabajo, me sentía feliz de haberlo realizado, porque podía estar ahí en ese momento, cuantos quisieran y no pueden, cuantos ya no están en el mundo de los vivos y quizás nunca sintieron esa sensación de satisfacción que da el “running”, por eso, en ese momento era uno de los hombres más felices del planeta y con esos ánimos estaba listo para enfrentar el día laboral.

En otra ocasión, y al estar haciendo la ultima “largada” para lo que sería mi 2da maratón, esto allá por julio de 2008, en esa ocasión, había decidido hacer 40k como ultima distancia de cara a la maratón ahí en el circuito de 3k del parque Naucalli, muchas veces preguntan que si no es aburrido correr tantas vueltas y por tanto tiempo, y yo digo: las combinaciones de clima estación, luz, sentimientos y pensamientos, siempre son distintos", y precisamente hablando de pensamientos, en esas largas horas de estar corriendo, te vuelves absorto, entras como en una especie de trance y por ahí dicen muchos que es cuando tienes un encuentro con una divinidad.

Hace poco, leía en Runners Wordl de España, este relato que me pareció agradable y quise compartirlo con ustedes, quizás algunos ya lo hayan leído y los que no, espero les guste.


Aquella mañana, como todas las demás, Luis fue el más rápido de entre todos los chavales. Su veloci­dad y su peculiar manera de correr –lo hacía des­calzo, como el etíope Abebe Bikila– convertían en inútil cualquier esfuerzo de persecución por parte del resto del grupo. El pegajoso calor caribeño les había hecho citarse, como siempre, a primera hora del día para evitar las horas so­lares más dañinas. La única diferencia radicaba en aquel señor español que se había colado entre sus huestes. “¿Qué haría un tipo tan mayor –48 años son muchos cuando tus progenitores bordean la treintena– madrugando para medirse en una ca­rrera con ellos? ¿Los viejos hacen ejercicio?”, se preguntaban.

A sus apenas 15 y 16 años, aquellos chicos habían presenciado todo tipo de atrocidades, y es que cuando se habla del conflicto en Colombia suele olvidarse que no sólo incumbe a guerrille­ros, miembros del Ejército o paramilitares, sino que hay muchas víctimas civiles y que, entre ellas, los chavales suelen quedarse con las peores secuelas psicológicas. Nada más llegar a la casa de acogida que los carmelitas tienen en Arjona, el padre Fernando comprobó las barreras que la timidez, la desconfianza y el mie­do levantan. Por esa razón, cuando el deporte surgió como lugar común para conversar con ellos, no dudó un segundo en usar su pasión por el atletismo como medio de tender un puente hacia ellos y darles el único sermón que ellos estarían dispuestos a escuchar con semejante bagaje emocional a cuestas.
- ¿Qué pasaba cuando intentábamos seguir a Luis, que tenía un ritmo más fuerte que nosotros?
- Que nos quemábamos y nos cansábamos mucho.
- En una carrera, si te dejas llevar por alguien lo pagas; hay que estar muy bien de la cabeza para que no te marquen el ritmo. Es importante que no os dejéis que nadie en esta vida os marque el ritmo, ¿de acuerdo? –les preguntó mientras tenía en mente las ofertas que las mafias narco­traficantes hacían a aquellos jóvenes para captarlos en sus redes–. Por otra parte, ¿a que habéis tenido ganas de abandonar?
- Sí, sí, estábamos agotados.
- En una carrera de fondo, parece que no tienes fuerzas, pero luego pasas otro umbral y sigues hasta la meta. En la vida pasa igual. Hay montones de veces en que tienes des­ánimo, cansancio y quieres tirarlo todo por la borda, pero hay que continuar adelante…


El religioso se sintió satisfecho cuando comprobó que aquel diálogo, aparentemente superficial, rompía el hermetismo de los chicos y les hacía reflexionar acerca de su existencia. Después de aquello, pudo alejarse de la misión con la sensación de haber vivido una experiencia inolvidable y ratificándose en su objetivo de perseguir que “los ma­ratonianos de la vida que sienten el cansancio y la tentación de abandonar” continúen.

LA CARRERA DE LA VIDA
Tropezar y levantarnos después. Continuar el recorrido a pesar del dolor. Ser solidarios con quien va a nuestro lado y ha perdi­do el ritmo o, lo que es peor, el rumbo. Seguir adelante sin tener la meta a la vista. Sacar fuerzas de flaqueza de algún recóndito lugar para llegar adonde queremos cuando pensábamos que el temido muro acabaría con nosotros. Olvidarnos del compás que marca el grupo para no quedarnos sin resuello y seguir nuestro ritmo interior. Intentar ser protagonistas por unas ho­ras… ¿Hablamos del maratón? ¿O de nuestro día a día? ¿De am­bos, quizá? Tan íntimamente relacionados están el deporte, las pruebas atléticas de fondo en este caso, y el quehacer cotidiano que basta con fijarse en un ejemplo muy simple y que todos, con mayor o menor edad, hemos tenido que elaborar alguna vez: un currículum vitae. Esasuerte de álbum personal, hecho con pala­bras, fechas y referencias de los estudios y trabajos realizados, significa ni más ni menos que “carrera de la vida”.

Que un madrileño de 50 años, admirador de Joaquín Sabina, corra no es raro. Que viva en Roma, pase gran parte del año via­jando por todo el mundo por cuestiones de trabajo y saque tiempos muertos para trotar, tampoco. Que se inicie relativa­mente tarde (con 23 años) en el atletismo y que sus amigos le apoden Forrest Gump por llevar casi tres décadas corriendo, quizá algo más. Que sea un sacerdote católico, profesor (ahora en excedencia) de Sacramentos en la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid), desde 2007 Prior General de la Orden de los Carmelitas y que teorice sobre la espiritualidad intrínseca al deporte quizá llame más la atención.


Fernando Millán Romeral (Madrid, 1962), que narraba para Runner’s World ese episodio vivido hace pocos años junto a chicos castigados por la violencia en Colombia, empezó a correr, como mu­cha otra gente, animado por un amigo y porque, como dice, es un deporte “muy asequible para todos y que no necesita de mucha para­fernalia”. No le tiembla la voz al reconocer que correr es “una de las cosas más bonitas” que ha experimentado en la vida. “Corriendo he hecho amigos, he comprendido debilidades humanas, me he emo­cionado, he rezado y me he acordado de los que ya abandonaron esta carrera de la vida. Correr me ha hecho más humano”.

En su agenda de cada año, repleta de anotaciones para la adminis­tración y el gobierno de la Orden, viajes para visitar las misiones carmelitas en el mundo y páginas de escritura y lectura -obligadas unas y placenteras otras-, siempre hay tres citas imprescindibles, tan ineludibles como para cambiar en una ocasión los puntos acu­mulados en la tarjeta de una compañía aérea para “poder viajar en Business y dormir en el avión” antes de afrontar una de ellas: el Me­dio Maratón de Madrid, la Corsa contro il tumore del seno, en Roma, y, por encima de todas, la San Silvestre Vallecana.

“Es una prueba muy especial: es Nochevieja, nos volvemos más sentimentales porque echamos de menos a la gente que nos falta, es la única noche en que los españoles, como decía Mecano, hacemos algo a la vez, que es comernos las uvas… Y de repente vas subiendo la avenida de la Albufera, muerto de frío, con la adrenalina a cien, porque todo Vallecas se tira a la calle a animar. Para mí eso es una experiencia espiritual. Te acuerdas de la gente que falta y te anima a seguir caminando”, relata el prior general sobre la prueba madrileña.


De mi parte, hay ocasiones que cuando estoy haciendo un entreno de calidad, o una muy buena largada, o hasta cuando vamos y terminamos una competencia, solemos agradecer el hecho de que hemos terminado eso que nos hemos propuesto.

Y es que como atletas o corredores serios, teniendo objetivos claros,  tomamos las cosas con mucha seriedad, desde ser disciplinados con los horarios de entreno, hasta ser muy metódicos con las distancias largas.

Como comente hace un momento, cuando entrenaba por mi cuenta para mi segunda maratón en el 2008, hice mi última distancia de 40k a tan solo 3 semanas de la maratón de la Ciudad de México, al finalizar, las lagrimas inundando mis ojos, alzando los brazos, empecé a aplaudir lleno de felicidad, a dar gracias al cielo, lo había logrado, había terminado mi última distancia de 40k y me sentía listo para la maratón.

Las competencias no se quedan atrás, muchos tenemos la costumbre de segundos antes de dar el pistoletazo de salida, encomendarnos a quien creemos o veneramos y en la misma ruta, cuando ya no podemos, en mi caso, suelo platicar con aquellos seres queridos que ya partieron de este mundo, en pensar en gente que me quiere, me apoya e impulsa a seguir adelante, que cree en mí, es cuando esto del correr, se torna espiritual y en esos momentos, llego hasta a platicar con Dios, y no vayan a pensar que estoy blasfemando porque al final quien soy yo para decir que puedo platicar con Dios.

Por ahi existe que la "oracion del corredor", en la media maraton del dia del padre alla por el mes de junio, es tradicion que se realice una celebracion eucaristica, "la misa del corredor" le llaman, antes de que inicie dicha competencia.


Para finalizar, quizás ya conozcan este escrito, y si no lo conocen se las comparto, espero les haya gustado esta reflexión.

“Siempre ten presente que...

La piel se arruga, El pelo se vuelve blanco, Los días se convierten en años... Pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu convicción no tienen edad.

Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.

 Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida Detrás de cada logro, hay otro desafío.


Mientras estés vivo, siéntete vivo. Si extrañas lo que hacías vuelve a hacerlo. No vivas de fotos amarillas... Sigue aunque todos esperen que abandones.


 No dejes que se oxide el hierro que hay en ti. 

Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.

 Cuando por los años no puedas correr, trota.


 Cuando no puedas trotar, camina.

 Cuando no puedas caminar, usa el bastón.


 Pero nunca te detengas!!! “

                                                                                         
                                                                                                                Madre Teresa de Calcuta

13 comentarios:

  1. Interesante entrada Titán. Sólo un comentario, claro que existe Dios! A Él es a quien debes agradecer los dones que tienes! Un abrazo.

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    1. Muchas gracias mi buen amigo y compañero Mundo, mejor conocido como "El biblioguero". Hijoles! eso es un tema muy escabroso, al final dicen: "dichoso el que cree sin haber visto a Dios", a lo que me refiero es que cada quien cree en lo que quiere creer y si para unos existe y en el esta depositada su esperanza, pues que bien, pudiera ser que habrá alguno que no, mas sin embargo llevan su vida de buen manera, creo que eso es lo importante. Un abrazo.

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  2. Bonita entrada Mauricio. Yo desde el primer día que me calce las zapatillas vi que este deporte tenía un fondo espiritual especial. A veces se lo he dicho a personas que no corren y no lo han entendido. No me importa. Con el tiempo he llegado a la conclusión de que no hay que entenderlo, hay que vivirlo.

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    1. Muchas gracias Yolanda, es como encontrar el momento en que te fundes con la naturaleza que es creación divina, cuando de horas y horas de estar corriendo, entras un trance tipo meditación, que como dije; es cuando se vuelve mas espiritual y esta esa fuerza especial que te impulsa a terminar tu carrera. Dicen que tratar de explicar porque corro, es como tratar de explicarle los colores a una persona que de nacimiento es ciega, como bien dices; solo cuando lo experimentan, es cuando descubren la magia que esto encierra.
      Un abrazo y beso.

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  3. Yo creo en Dios. Hace tiempo vi un documental sobre Gebresselasie en el que decía que por mucho que entrenara si no rezaba a Dios, no llegarías a ganar nunca. Yo no creo que gane nada nunca pero doy gracias todos los días por lo afortunado que me siento con mi vida y con tener la posibilidad de poner un pie delante del otro durante kilómetros y kilómetros.

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    1. Quien sabe mi buen Sergio, el ganar no esta en ser el numero 1 de la competencia, quizás ganas de muchas maneras. Es cierto que debes tener fe para lograr lo que te propones y siempre agradecer hacia quien creemos el hecho de darnos todo lo que esta a nuestro alrededor y como bien lo dices; somos afortunados por poner un pie delante del otro hasta acumular kilómetros y kilómetros.
      Un abrazo hermano y sigamos disfrutando de este bello deporte.

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  4. YO REZO MIENTRAS CORRO, ESOS INSTANTES SON LOS MAS FELICES DE MI VIDA

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    1. El rezo es una forma de darle fuerza y vitalidad al espíritu, es como es plus que llega en los momentos de flaqueza, cuando sentimos que ya no podemos.
      Un abrazo mi buen William.

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  5. La verdad es que yo soy poco religioso... vamos hombre de pocas creencias, pero respeto todos los puntos de partida si a uno lo hace mas feliz en el devenir de la vida diaria.
    Solo aquellos que están muertos no dan un paso hacia delante... asi que anda y sera la señal de que te queda mucha vida por delante.
    Un abrazo amigo Titan

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    1. Al final, hasta para realizar la proeza de correr una maraton requiere de fe Rafa, la fe en uno mismo hermano, asi que anda y sera señal de que te queda mucha vida por delante, je! De igual forma, recibe un afectuoso abrazo.

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  6. Creo que independientemente de religiones y culturas algo fundamental para cualquier persona que persigue un sueño o un objetivo o cualquier cosa en esta vida, es creer.
    Creer para mí es una de las mejores ayudas ante cualquier adversidad.

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    1. Tienes toda la razon Manuel, dichoso el que cree porque el lograra todo lo que se proponga je! Un abrazo hermano.

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  7. En el video musical "Ayer te ví", el cantante cristiano Jesús Adrian Romero inicia relatando bellamente como trotar se ha convertido en su mejor medio para comunicarse con Dios y para hacerlo real. Encantador este tema!

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