Corría el minuto 86 del segundo tiempo del partido de
vuelta de la gran final de la liga MX, el encuentro lo disputaban dos de los
grandes equipos del país de México.
Hace algunas semanas se celebro la gran final de la liga mexicana entre dos de los grandes equipos de México, a pesar de que desde el partido de vuelta en el estadio
Azul, casa de los cementeros del Cruz Azul, donde ya estos sacaban una mínima
ventaja, el América no bajaba los brazos y seguía buscando empatar o ganar el
partido.
Pero bueno, en la vuelta, esto en la casa de las águilas,
el estadio azteca, y ya faltando unos cuantos minutos para que el partido
terminara, iban 2-0 a favor de los azules y el América jugaba con un hombre
menos desde el minuto 14, algunos seguidores de las águilas, tristes y
cabizbajos abandonaban el estadio e incluso los directivos del equipo ya habían
salido de su palco, en los vestidores, a los niños, hijos de los jugadores del América,
ya les colocaban la medalla de plata.
Al minuto 88, en un tiro de esquina a favor de las
águilas y a un remate de cabeza del defensa Aquivaldo Mosquera descontaba la
ventaja.
El “piojo” Herrera, técnico de las águilas, motivaba al
equipo a que fuera por el empate y se prolongara el encuentro, e inclusive una
mentirilla salía de el al decir que aun faltaban 5 minutos para que terminara
el encuentro, y al minuto 93 en otro tiro de esquina a favor de las águilas que
realmente fue el que siempre busco ser campeón, nunca bajo los brazos a pesar
de las adversidades, es cierto que el Cruz Azul es un gran equipo, pero como
que le falto carácter, ese carácter que deben de tener los triunfadores, el
portero de las águilas, Moisés Muñoz se incorpora al ataque y remata de
palomita, el balón iba para afuera, pero “justicia divina”, es desviado por un
jugador del Cruz Azul, Alejandro Castro y este se incrusta en las redes
defendidas por Jesús Corona, en ese momento se desborda la pasión amarilla, el
estadio se cimbra de emoción, el América está vivo y muchos seguidores del Cruz
Azul ya hasta portaban su playera de campeones, corren a buscar a los hijos de
los del América y les quitan las medallas.
Cruz Azul se cae, el técnico no tiene el poder para poder
volver a meter a su equipo al juego, el árbitro pita el final y se van a
tiempos extras, la lluvia en todo su esplendor, eso hace ver más triste a los jugadores del cruz azul, terminan los
tiempos extras, van a los penaltis, los jugadores del Cruz Azul, cada uno por
su lado, mientras los del América abrazados y fundidos con su técnico, han
hecho la hazaña y están a punto de ser los campeones de México.
Empieza la tanda de los penales y estos se deciden a
favor del equipo que siempre peleo por ser campeón, que nunca bajo los brazos y
que demostró que todo es cuestión de no perder la fe, de que aquello que nos
propongamos, lo podemos lograr, señores, el América es un digno campeón, y
ambos equipos nos regalaron una de las mejores finales de la historia del fútbol en México y quizás hasta a nivel mundial.
Y bueno, porque escribir de esto? no porque le vaya al
América, sinceramente, como dije; este equipo nos demostró que nunca hay que
darse por vencido, que hay que luchar hasta el último momento, hace algunos días al dirigirme hacia la pista de la FES, comentaba con
Jorge, compañero de equipo, que esto fue como una carrera, como una maratón,
cuando sientes que ya no puedes, que todo está perdido, no hay que darse por
vencido, hay que seguir luchando hasta el final, y la motivación es una parte
muy importante, todos tenemos nuestros motivos por los que corremos, por los
que competimos, corremos quizás por dedicarle la carrera a nuestros padres, a nuestros hijos, a la
esposa, a la novia, y esa motivación es la parte fundamental para poder hacer las
cosas y llegar al final.
A veces sientes que te caes, sientes ganas de abandonar,
y piensas en esa persona por la cual corres, por la cual luchas, su imagen se te refleja en tu yo
interior, y aun mas, si esa persona te echa porras y te dice que si se puede,
que lo puedes lograr y está ahí apoyándote e impulsándote, eso viene a ser el
mejor energetizante de motivación.
Pues así es esto de la motivación, espero no haberlos
aburrido con esto y busquen y encuentren su motivación, no tan solo para
correr, si no para seguir adelante en su día a día, y ahí queda un digno
ejemplo de que nunca hay que bajar los brazos a pesar de las adversidades, hay
que luchar hasta el último minuto.
Lo de luchar hasta el ultimo minuto lo tengo claro.. la vida me golpeo duro hace unos años y siempre intente no bajar los brazos... pero solo el que lo pasa sabe lo que es vivir momentos delicados...
ResponderBorrarNo es equiparable perder un hijo, un padre o una madre... que tener que abandonar una carrera... carreras ahi muchas pero padres no.
Mi estimado amigo Rafael "Abuelo Runner", la vida en si es una carrera que hay que aprender a correrla, como tal tiene sus altibajos, las cosas malas, deben de darnos el temple para seguir adelante, como bien dices; cuando pierdes a alguien tan amado por ti, te sientes vacio y sin ganas de continuar, pero al final son cosas que pasan y debemos tener la fuerza necesaria para seguir adelante hasta llegar al final que será nuestra meta.
BorrarMuchas gracias por estar aquí hermano y recibe un afectuoso abrazo.
Pues si nunca hay que darse por vencido entonces lee mi entrada de hoy, que trata de algo parecido,,,,, y estoy totalmente de acuerdo con el abuelo.
ResponderBorrarabrazos hermano.
Hermano, no tienes porque decírmelo, tu sabes que siempre estoy atento a lo que publicas, y pues me encanto, esos videos ya los había visto y están muy emotivos, y lo que digo, la vida misma la podemos comparar con una carrera, llegaran momentos que nos harán flaquear y tambalear, pero lo importante es no rendirse y continuar en el camino hasta cruzar la meta, y créeme, después de que andabas todo "agüitado", admiro que poco a poco estés tratando de salir de esa lesión, y estoy seguro que todo saldrá bien. De igual forma, recibe un afectuoso abrazo.
BorrarLuchar, luchar y luchar, así nos curtimos y edicamos a nuestra mente. Los runners lo sabemos bien.
ResponderBorrarTienes toda la razón mi buen Gonzalo, en el día a día, educamos la mente para resistir los embates que nos dan las competencias y hasta la vida misma.
BorrarUn abrazo hermano.