TITAN EL PREDICADOR

Normalmente, siempre que se habla de Jesús, tendemos a relacionarlo con una deidad, pero que pasa en cuanto al tema hombre.

No, no estoy tratando de ser “Titán el Predicador”  ni mucho menos, predicadores ya hay muchos regados por todas partes del mundo, y algunos muy bien estudiados como mi gran amigo y compañero Edmundo "El Biblioguero", con todo respeto, yo solo quiero exponer mi punto de vista de manera personal.

Para aquellos, que alguna vez han llegado a leer la Biblia, un excelente libro si se toma del lado filosófico, yendo al Nuevo Testamento que es donde propiamente habla de la vida del Mesías, hay un versículo que habla de cuando por tradición, sus padres cada año iban a las fiestas de pascua en Jerusalén.

La distancia que existe de Nazaret a Jerusalen, son aproximadamente 140km. Como muchos sabrán, los viajes se hacían en grupo o caravanas y comúnmente se trasladaban a pie. Esto hacía un viaje duro y penoso, dadas las condiciones de aquella época. Al cumplir Jesús los 12 años, acompañó por primera vez a sus padres en el largo viaje.

La vida de Jesús es dura en el taller y las correrías por las colinas circundantes de Nazaret robustecieron el cuerpo de Jesús, preparándolo para las duras jornadas de su vida apostólica, a la intemperie por las calcinadas rutas de Palestina. Se dice que en una jornada hizo el camino de 30 Kilómetros, por la calzada pendiente que sube de Jericó a Betania. 

Junto al pozo de Sicar se sentó fatigado y sediento. Cuando los discípulos le ofrecen la comida, la rechaza diciendo que su alimento es hacer la voluntad del Padre, y antes había rechazado la bebida que le ofreciera la samaritana.

En un evangelio se  detalla que Jesús iba delante de los discípulos en esa marcha ascensional hacia Betania, señal de que tenia una muy buena condición. Sus jornadas apostólicas erán agotadoras

Las turbas le buscan y el continua con sus jornadas agotadoras. En ese plan recorre a pie todos los poblados de Galilea, predicando. Es tal el trabajo que tiene que desplegar que muchas veces no tiene tiempo ni para comer.  

Se narra que cuando llego el momento de cumplir su obra de redención,  la Biblia dice: “fue llevado por el Espíritu al desierto de Judea” pero que no se interprete que por arte de magia apareció en el desierto, no, camino hasta el desierto inspirado por el Espíritu.

Una particular fuerza de atracción ejercían las montañas de Judea, llamadas también “desierto de Judea”. A causa del silencio y la soledad que reinaban en aquella región, pero también a causa de su áspera belleza, hombres y mujeres se retiraban allí continuamente para consagrarse a Dios.

Y que tiene que ver esto con lo que versa el blog???

Pues hacerles notar que Jesús, independientemente de su obra agnóstica, era un gran caminador, y debiéramos saber que el caminar también es muy bueno para nosotros como corredores.

De hecho, cuando empezamos a correr, primero empezamos caminando, es una buena forma de perder calorías y creo que a muchos, nos encantan las “largadas” de montaña, estar en los bosques en esa soledad donde te encuentras contigo mismo.

Y que me dicen de los ultramaratones en los desiertos.

Por ahí existe un método donde incluso se han conseguido mejorar marcas personales en maratón.

Comentar que es muy recomendable para aquellos que nunca han hecho distancias muy largas y se encuentran preparando su primer maratón, e inclusive se puede utilizar en pleno maratón.

Este método, diseñado por el ultramaratonista estadounidense Tom Osler,  consiste en alternar porciones de trote de 15 a 20 minutos, con porciones de caminata intensa de 3 a 5 minutos.

Está demostrado que correr esta sesión así no solo cumple totalmente con los objetivos de la sesión larga, sino que retrasa de manera substancial la aparición de la fatiga durante su entrenamiento.

Se debe tener en cuenta que el alternar porciones de trote con caminata se debe hacer desde el inicio hasta el final de la sesión, ya que si se decide iniciar las porciones de caminata después de haber estado corriendo por más de 20 kilómetros, se encontrará con la desagradable noticia de que al terminar la primera porción de caminata le resultará sumamente pesado volver e empezara correr.

Y así como una vez Jesús le dijo a Lázaro: "levantate y anda", hoy es un buen día en que podría ser: "levantate y anda y después empieza a correr".

Y bueno, para despedirme, les dejo un escrito, ya saben; de mi propia autoría y recuerden, solo es mi punto de vista.

Dejad de llorar que la obra terminada esta,

de nada sirvió caminar ese calvario hasta el Gólgota,

tener que padecer un dolor que aun carcome mi ser

y después de todo eso haber descendido a los infiernos.

Aun sigo sufriendo cuando ocurren tragedias

que merman la frágil y débil estructura humana,

tanto ser vivo que muere en el mas completo abandono,

sin siquiera recibir unas cuantas palabras de aliento.

Desde esta cruz puedo mirar a los hombres destruirse

por la soberbia que ha penetrado su enfermo corazón,

pero dejad de llorar que yo estaré con ustedes

hasta que llegue el fin de todos los tiempos.